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Literatura & PsicoanálisisLiteratura & Psicoanálisis

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04 / 01 / 2023

Acerca de «Abril Rojo» y los procesos de Reconocimiento

La historia ocurre en el año 2000, es Semana Santa y se ha encontrado un cadáver. Un cadáver quemado y desmembrado. El fiscal adjunto Felix Chacaltana empieza a investigar.
“Terroristas pensó. Sólo ellos eran capaces de algo así. Habían vuelto. No sabía cómo dar la alarma ni si debía darla…” (Roncagliolo, 2022 p.35)
Veinte años después del primer ataque terrorista, nadie quiere recordarlo. Nadie quiere escuchar al fiscal. No se le atiende, se le “ningunea”, se le pide que no complique las
cosas.
¿Qué ocurre cuando nadie quiere saber? ¿Por qué será que preferimos no mirar?
“Nadie quería hablar de eso. Ni los militares, ni los policias, ni los civiles. Habíansepultado el recuerdo de la guerra junto con sus caídos.” (Roncagliolo, 2022. p190)
Es común que se critique a los psicoanalistas de ocuparnos obsesivamente del pasado. Nos dicen que nuestros procesos son muy largos porque nos avocamos a entender algo que ya ocurrió, que ya pasó, que, como dicen ahora los jóvenes, ya fue. El tema es que ya fue, pero sigue estando. Y si no lo conocemos, no habrá forma de no repetirlo, y no tendremos entonces la oportunidad de repararlo.Recordar para reparar sería algo que nos permite Abril Rojo.
 
El fiscal adjunto Felix Chacaltana busca la verdad, enfrentándose a todos aquellos que quieren evitarla. Pero esta historia no se trata de aquellos que la buscan y aquellos que la niegan. Lo binario, lo excluyente es siempre ineficiente y Roncagliolo
lo sabe. Cada personaje tendrá sus propias razones, su propia complejidad. El fiscal Chacaltana, tiene también lo suyo. El desarrollo de su personaje es, para mí, lo más fascinante de esta novela. Pero como no vale spoilear solo me queda recomendarles que lean la novela y sigan al personaje. El fiscal Chacaltana es creado por Roncagliolo de una manera notable.
 
Es cierto cuando nos dicen que la historia la escriben los que ganan. Pero también es cierto queesa historia suele escribirse desde un estilo dicotómico en el que Roncagiolo no sucumbe. Suele narrarse una historia donde hay buenos y malos, ganadores y perdedores, héroes y villanos. Y parece, que sigue siendo así, como venimos funcionando.
 
Han pasado 20 años más desde aquella Semana Santa en Ayacucho narrada en la novela que nos ocupa, pero seguimos divididos en base a categorías enfrentadas e irreconciliables. En las últimas elecciones vivimos un país dividido en “comunistas” y “fujimoristas”. Una polaridad irreconciliable, salvo que los una, desgraciadamente, el ejercicio de la corrupción.
“Terroristas”, “lapicitos”, “caviares”, “derechistas extremos”.
 
Antagonistas siempre sin ninguna posibilidad de dialogar, ni tender puentes. La categoría de “peruanos”, donde todos coincidimos, parece ser que no es recordada ni tenida en cuenta. Habría que recordarla también: Somos peruanos. O ¿es que tal vez una identidad común nunca ha existido? Y lo que nos tocaría, entonces, sería construirla.
¿Será que llegamos al bicentenario sin el concepto identitario de ser peruanos?
 
La novela de Santiago Roncagliolo nos muestra un país desmembrado. Desmembrado tal como aparecen los cadáveres del asesino serial. Es reconociendo esa violencia y reconociendo en nosotros mismos esa capacidad de agresión, que asumiremos la responsabilidad que tenemos de nuestra propia historia. 
 
Abril rojo, nos cuenta la historia de cada personaje. Nos anima a dejar esos polos opuestos y nos ayuda a pensar en nosotros mismos y en la capacidad que tenemos también de maldad.
 
Hace muchos años ya, más de 100, allá por 1920 Freud nos decía que los humanos repetimos aquello que no podemos recordar. Y es, en ese mismo texto, donde nospresenta a Tanatos, la pulsión de la agresión y la muerte que danza y convive con el Eros en todos los seres humanos.
Esta convivencia permanente entre la vida y la muerte me hace evocar a aquella sala de autopsias, descrita en la novela que nos ocupa, cuyos olores invaden y contaminan la sala de obstetricia que está situada tan cerca.
El humano Freudiano es un ser en permanente conflicto. La vida y la muerte en lucha permanente.
Freud nos enseña un camino que nos permite entender las raíces de la agresión: para sobrevivir, tendríamos que dirigir nuestra agresión a los otros.
Los otros, los abyectos, los poseedores de todo lo malo. Los otros: los indios, los terroristas, los comunistas, los derechistas, los caviares.
Y es así, en esta dinámica del otro repudiado, que los cadáveres, como en la novela, siguen apareciendo.
 
Abril Rojo trata de lo que evadimos. De lo evidente pero oculto de todos nosotros. Habla de un país roto, pero habla, sobretodo, de la naturaleza humana. Es un thriller que nos ayuda a entender que aquello que no queremos ver, se encuentra al interior de nosotros mismos.
“Eso, quizá, era lo que más miedo le daba. Saber que había algo que no podía controlar, algo dentro de sí mismo, lo aterrorizaba más que lo que no podía controlar afuera…” (Roncagliolo, 2022. p188)
No solo Freud nos presenta la naturaleza agresiva de los seres humanos. Muchos psicoanalistas contemporáneos siguen pensando y profundizando acerca de las raíces de la violencia, pero también la de aquello que nos pone un límite frente a ella.
 “-Nunca matarían a una madre, señor fiscal. (…) No lo harían ni con una orden superior. Es más fuerte que ellos. Es una ley natural. No pueden.” (Roncagliolo, 2022. p201)
 ¿Habrá leyes naturales que nos permitan entender? El psicoanálisis, propone más bien, que cada historia es única, difícilmente generalizable, y que cada persona y situación particular deberá entenderse en su contexto único.
 
Jessica Benjamin (2013) reflexiona acerca de esta exclusión que el ser humano realiza permanentemente, negando al Otro. Este rechazo se refiere a la violencia y el horror de los que todos somos capaces. Nos dice que debemos confrontar este rechazo y esta violencia que ejercemos hacia el otro, como un primer paso para dar lugar al respeto y al reconocimiento.
 “No solo debemos reconocer nuestra propia propensión a la destructividad, sino que tenemos que ser capaces de sobrevivir a la del otro, a quien también debemos pedir que asuma su responsabilidad de ser un sujeto y sobrevivir a nuestra destructividad.” (Benjamin, 2013. p 16)
 
Sin el reconocimiento de tal ambivalencia, inherente al ser, corremos el riesgo de ejercer la violencia, estableciendo relaciones de poder y/o sumisión. Si no somos conscientes de ello seguiremos performando la repugnancia, repitiendo acciones de repudio y creando significantes fijos de rechazo (Ahmed, 2014) (Butler,2014)
 
Pareciera que solo pudiéramos generar abyección porque si no seríamos nosotros mismos los abyectos.
 
Abril rojo revela en sus páginas los diversos tipos de violencia que ejercemos bajo ese mecanismo que Benjamin describe: El abuso y la violencia hacia los otros: campesinos, terroristas, militares, mujeres.
Abril rojo las devela, las muestra, nos reta a reconocernos en algunas de ellas.
 
Otro psicoanalista que se ocupa de entender la agresión es André Green (2010). Nos dice que en la agresión orientada hacia el exterior hay una ausencia de identificación y una indiferencia ante lo que puede sentir el objeto agredido.
 “El resultado es que el otro ya no es concebido como un semejante (…) y puede volverse fácilmente objeto de cualquier destrucción.” (Green, 2010, p 304)
 Se le niega al otro la humanidad, se le considera la causa de la propia desgracia, se despoja al otro de sus cualidades de semejante y se le quitan sus derechos. Se genera un tipo de agresión donde se concibe al otro como una cosa que puede perfectamente desaparecer. Como diría un personaje de la novela:
“Más valen 100 cholos muertos que un terrorista vivo”. (Rocagliolo, 2022. p175)
Pero Benjamin nos recuerda algo sustancial: Nosotros somos los Otros de aquellos otros.
Benjamin desarrolla un psicoanálisis intersubjetivo organizado en torno a la noción del reconocimiento.
Esta noción se extiende al proceso clínico y de manera más general, a toda nuestra visión del desarrollo humano y de los lazos sociales.
El psicoanálisis intersubjetivo aporta a una teoría social dirigida al desenmascaramiento de las patologías ocultas de poder y dominación.
Desarrolla un marco teórico en el cual la acción del reconocimiento aparece como el elemento básico o el componente esencial de las relaciones.
El acto de reconocimiento confirma que el otro es un sujeto similar, mirado y comprendido. El eje central de la teoría del reconocimiento se encuentra en la consciencia del otro como sujeto y no como objeto.
A diferencia del “hacer a”, el “hacer con” sugiere ese estado compartido de adaptación, coordinación o negociación donde se revela la importancia de la reciprocidad en la interacción.
Este proceso de reparación sirve para crear la sensación de un mundo legítimo y justo.
Un comportamiento receptivo y respetuoso es condición de la salud mental de los lazos interpersonales y sociales. Y está asociado al respeto diferenciado a la persona que es el otro.
La acción transformadora va del autoconocimiento al reconocimiento explícito del daño causado. Se alcanza cuando uno puede admitir haber negado la humanidad del otro.
Reconocer a los otros y aceptar nuestra interdependencia se ha convertido en un asunto de gran urgencia.
 
Rescato la importancia del arte, de la literatura en este caso. Abril Rojo es una historia que nos permite revisar la propia.
Nos convoca a conversar desde nuestros distintos saberes, siempre complementarios.
 
Abril Rojo nos recuerda nuestro pasado, nuestra historia común. Nos permite seguir elaborando. Nos hace saber de dónde venimos y la manera cómo nos hemos constituido. Conocer el pasado es la manera que tenemos para liberarnos de él y poder construir un presente a partir de los errores corregidos. Otro personaje de Abril Rojo nos dice:
 “-Es importante recordar -dijo ella-. Ellos nos recuerdan a nosotros.” (Roncagliolo, 2022. p.191)
Tal vez así podamos acercarnos a la construcción de una identidad peruana que implique reconocimiento, respeto y un poco más de armonía. Como en algún momento dice el fiscal adjunto Felix Chacaltana:
 “Quizá la vida puede cambiar. Cuando alguien desaparece, ya nada es lo mismo. Cuando alguien se enamora, tampoco. Hay cosas que son para siempre”. (Roncagliolo, 2022. p.189)
Muchas Gracias Santiago por esta novela.
Y para que así conste en acta, lo firmo.
 
 
Referencias Bibliográficas
 
  • Ahmed, S. (2014). La política cultural de las emociones. Universidad Autónoma de México.
  • Benjamin, J. (2013) La sombra del otro. Psimática clínica.
  • Butler, J. (2014) El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad, 6.a ed. Grupo Plantea- Paidós
  • Freud, S. (1920) Más allá del principio de placer. En Obras Completas. Editorial Biblioteca Nueva.
  • Green, A. (2010) El pensamiento clínico. Amorrortu editores.
  • Roncagliolo, S. (2022) Abril Rojo. Editorial Planeta. Perú